Vigilar y Castigar. Michel Foucault (pdf)

suplicio Damiens

 

Quizá nos dan hoy vergüenza nuestras prisiones. El siglo XIX se sentía orgulloso de las fortalezas que construía en los límites y a veces en el corazón de las ciudades. Le encantaba esta nueva benignidad que remplazaba los patíbulos. Se maravillaba de no castigar ya los cuerpos y de saber corregir en adelante las almas. Aquellos muros, aquellos cerrojos, aquellas celdas figuraban una verdadera empresa de ortopedia social. A los que roban se los encarcela; a los que violan se los encarcela; a los que matan, también. ¿De dónde viene esta extraña práctica y el curioso proyecto de encerrar para corregir, que traen consigo los Códigos penales de la época moderna? ¿Una vieja herencia de las mazmorras de la Edad Media? Más bien una tecnología nueva: el desarrollo, del siglo XVI al XIX, de un verdadero conjunto de procedimientos para dividir en zonas, controlar, medir, encauzar a los individuos y hacerlos a la vez «dóciles y útiles». Vigilancia, ejercicios, maniobras, calificaciones, rangos y lugares, clasificaciones, exámenes, registros, una manera de someter los cuerpos, de dominar las multiplicidades humanas y de manipular sus fuerzas, se ha desarrollado en el curso de los siglos clásicos, en los hospitales, en el ejército, las escuelas, los colegios o los talleres: la disciplina. El siglo XIX inventó, sin duda, las libertades: pero les dio un subsuelo profundo y sólido — la sociedad disciplinaría de la que seguimos dependiendo

Vigilar y castigar trata sobre la evolución de los métodos de castigo y vigilancia desde la sociedad medieval a la contemporánea. El libro está dividido en cuatro partes: Suplicio, Castigo, Disciplina y Prisión. En la primera parte, “Suplicio” Foucault analiza la relación del cuerpo con los sistemas de castigo y como esta relación ha ido cambiando en el correr del tiempo; pasando del castigo físico extremo, cruel y sangriento a la vista del público a mecanismos punitivos más “humanos” a finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX, en donde el castigo ha dejado de estar centrado en el sufrimiento físico y se ha concentrado en la pérdida de un bien o de un derecho, aunque Foucault dice: “Pero un castigo como los trabajos forzados o incluso como la prisión —mera privación de libertad—, no ha funcionado jamás sin cierto suplemento punitivo que concierne realmente al cuerpo mismo: racionamiento alimenticio, privación sexual, golpes, celda. (1975, p.17)”. El objetivo de castigo ya no es el cuerpo, sino algo más profundo: el alma, para llegar al corazón, los pensamientos, la voluntad,etc..

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Gilles Deleuze: el abecedario

«El abecedario de Gilles Deleuze» fue producido y realizado por Pierre André Boutang para la televisión francesa en 1988, pero su primera emisión tuvo lugar en el canal Arte en 1996. Compuesto por 8 horas de entrevistas realizadas al filosofo francés Gilles Deleuze, «El abecedario» es la única cinta consagrada a este pensador que siempre se rehusó a aparecer en televisión. En esta única ocasión, aceptó ser entrevistado por un equipo de televisión con la condición de que la filmación adquiriera la forma de una conversación entre él y su antigua alumna y amiga Claire Parnet y que fuera emitida después de su muerte. Como el nombre de la película lo indica, a Deleuze se le interroga sobre 26 temas, cada uno de los cuales comienza por una de las letras del alfabeto. El filósofo aborda algunos de sus conceptos e ideas, pero también algunos asuntos más personales relacionados con su trabajo filosófico (por ejemplo, el tema de la letra «b» es «bebida» [boisson]; el de la «e», infancia [enfance] y el de la «m», «enfermedad» [maladie])

Cárceles = prisiones. Cruz Negra Anarquista México, mayo 2012

“Si me preguntaran qué es la cárcel, os respondería sin dudar que es el basurero de un proyecto socio-económico determinado, al cual arrojan a todas aquellas personas que molestan dentro de la sociedad: por eso la cárcel alberga principalmente pobres”.

Xosé Tarrio

Prisión política.La prisión, tal como la conocemos, surge ante la necesidad del naciente capitalismo del siglo XVIII de dotarse de un instrumento para controlar y disciplinar la nueva sociedad. Con la consolidación de la burguesía y sus ideas de humanismo ilustrado se empieza a dejar atrás los actos públicos de castigo, los cuales fueron tachados de escenas repugnantes por los intelectuales de la época.

Michel Foucault afirma que: “el sistema de la prisión, quiero decir, de la prisión represiva, de la prisión como castigo, fue establecido tardíamente, prácticamente al fin del siglo XVIII. Antes de esa fecha la prisión no era un castigo legal: Se aprisionaba a las personas simplemente para retenerlas antes de procesarlas, y no para castigarlas, salvo casos excepcionales. Bien, se crean las prisiones, como sistema de represión, afirmándose lo siguiente: la prisión va a ser un sistema de reeducación de los criminales. Después de una estadía en la prisión, gracias a una domesticación de tipo militar y escolar, vamos a poder transformar a un delincuente en un individuo obediente a las leyes.”[i].

Ya no se busca castigar al cuerpo directamente a través del escarnio público y los castigos corporales, aunque estos siguen estando presentes, si no que se pretende castigar y romper la voluntad de la persona. Aunque las penas de privación de la libertad recaen directamente en el cuerpo, este ya no está en la misma relación con el castigo, ahora el cuerpo es más bien un intermediario, pues si se le encierra es para privar al individuo de algo más: su libertad y voluntad.

Así, el verdugo se vio sustituido paulatinamente por un sistema de castigo más acorde con las ideas de la Modernidad burguesa y de la sociedad que se empezaba a configurar. Una sociedad en la que se pretende que toda actividad humana sea vista en términos de mercancía. Tanto tienes, tanto vales. ¿Qué quieres decir o hacer y cuanto puedes pagar por ello? Y por supuesto que el naciente sistema punitivo no estaría exento de esta lógica. ¿Qué delito cometiste, que daño hiciste a la sociedad? y en función de eso se determinará tu condena. Es lo que el derecho penal llama “teoría retributiva de la pena”, es decir, pagar con tiempo en prisión el delito cometido, convirtiendo al tiempo en valor de cambio.

La prisión jugó, y juega, un papel decisivo, junto a la fábrica, la escuela, los hospitales, etc., en la constitución de las “Sociedades disciplinarias”, es decir, de las sociedades en las que las costumbres, normas, hábitos y prácticas productivas son regulados por instituciones basadas en la disciplina que buscan vigilar y controlar mediante el castigo y la recompensa. Es en relación a ellas, y los valores sociales que las sustentan, que se establece lo que es bueno o malo, estructurándose así las relaciones sociales según estos parámetros.

Es así que desde su nacimiento, la prisión ha servido a los intereses de la clase dominante y el Estado. Encontramos también que desde su surgimiento, la prisión ha cumplido una triple función: por un lado la producción de un sujeto funcional al capital: la delincuencia, cuyo control y aprovechamiento es muy bien utilizado por el Poder, por otro, el control de la sociedad a partir de las resonancias de la cárcel, llevando el control y el miedo más allá del individuo preso y por último, ser un espacio en donde arrojar a los individuos disidentes.

En suma, el sistema carcelario, la cárcel, es un claro ejemplo de una sociedad completamente basada en el poder, la dominación y la violencia, un ejemplo de la sociedad modelo para el sistema político-ecónomico.

Ante esto, el individuo tiene tres opciones:

Hace falta hacer mención, que la población carcelaria, tanto en México, como en cualquier país, es principalmente pobre, una pobreza generada por el sistema, es decir, las cárceles están destinadas principalmente para la población que no tiene la capacidad de satisfacer sus necesidades básicas, que se ve obligada al delito, ya sea para satisfacer dichas necesidades, o para cumplir con los cánones de la sociedad, donde lo importante es tener propiedades y nivel adquisitivo, una población que no puede comprar la justicia, ni contratar una defensa jurídica de calidad.

Encontramos entonces que la prisión es una posible consecuencia de la decisión de enfrentarse a un sistema injusto, pues es una de las respuestas que la clase dominante da a las aspiraciones libertarias de los pueblos; aspiraciones que entran en contradicción frontal con los intereses de los grupos en el poder.

Como ya vimos, todo encierro tiene un trasfondo político, pero para efectos de este foro y sus trabajos, caracterizaremos como “prisión política” al encierro de aquellos, hombres y mujeres, que luchan, se organizan y enfrentan de diversas maneras al Estado y sus instituciones para derrotarlo y cimentar una nueva sociedad basada en otros valores.

La prisión política funciona como una forma de control duro y es un instrumento que busca directamente el aislamiento y la inhabilitación física y mental de los luchadores sociales, activistas y revolucionarios, para despojarlos de su voluntad de luchar. Con ella se busca erradicar y o anular los diferentes movimientos de resistencia. Mediante la cárcel, el Estado básicamente pretende mandar un mensaje coercitivo y disuasorio. Busca así frenar la expansión de la desobediencia mediante el castigo ejemplar, ya sea individualizado o colectivo.

Nos tomaremos un momento para ahondar en el castigo como mecanismo de control. Recordemos que el castigo es la columna vertebral del sistema penitenciario. El concepto de castigo está estrechamente ligado al de obediencia. Desde pequeños nos enseñan que debemos obediencia a la familia, la escuela, la iglesia, el trabajo, las leyes, el gobierno; en resumen, a la autoridad y que si desobedecemos merecemos un castigo.

Nosotros como anarquistas no compartimos esta idea, por el contrario, alentamos donde lo vemos al espíritu de rebeldía y desobediencia ante la autoridad. Esto no quiere decir que fomentamos conductas antisociales. No hay que confundir. Llamamos a todos a insubordinarse ante el estado de cosas que nos quieren imponer para así poder instaurar un sistema de convivencia en libertad, en el que no exista más explotación y dominación.

Muchas veces se nos ha cuestionado como anarquistas que proponemos en cambio de las cárceles y el castigo. Pues bien, la respuesta es simple pero no sencilla. Nosotros decimos que cuando empecemos a vivir en libertad, sin opresión y explotación de ninguna clase; cuando todos podamos vivir dignamente sin ambicionar lo de los demás pues nuestras necesidades están satisfechas los delitos tenderían a desaparecer, pues la mayoría de ellos en el fondo son ocasionados por las dinámicas del sistema, por un lado, los delitos contra la propiedad, que surgen de la necesidad de cubrir necesidades económicas básicas, o bien para cubrir las necesidades implantadas por el sistema de adquirir propiedades, nivel adquisitivo para merecer respeto, y por el otro, los delitos ocasionados por la dinámica de dominación sobre el otro u otra, donde se nos enseña por ejemplo que ser hombre, es ser dueño del cuerpo, la vida, la sexualidad de la mujer, que ser padre es ser dueño de la vida del hijo, y así los etcéteras que se puedan enunciar, en suma, una dinámica donde es natural dominar y ser dominado, y donde el dominador puede disponer de la vida, la voluntad, la integridad, la sexualidad del otro u otra. Cuando la injusticia social, la inequitativa repartición de la riqueza y las relaciones de poder y dominación desaparezcan, desparecerán los delitos. Claro que podría ser que aun estas condiciones de libertad y abundancia se cometieran actos que atentaran contra la comunidad, pero estos serian resueltos mediante la acción comunitaria, no de castigo y encierro, sino de que el individuo se reinserte en su comunidad, en vez de aislarlo y castigarlo.

Nos podrían decir que para que estas condiciones existan falta mucho, nosotros esperamos que no tanto, lo cierto es, que por lo pronto no es así. ¿Qué hacer entonces?, lo primero es no dejar de luchar por la libertad, no importa si esta la obtenemos hoy mañana o en 100 años, lo importante es luchar hoy, mañana y en 100 años por ella.

Empezar a poner en práctica otra idea de convivencia alejada de la idea obediencia/castigo, desde nuestros lugares, en nuestros ámbitos. Darnos cuenta que no necesitamos leyes y policías, de cualquier índole, para vivir en paz.

Aprender de experiencias de justicia y convivencia comunitarias que nos ayuden a alcanzar la libertad. La experiencia de las comunidades indígenas chiapanecas, oaxaqueñas y de Guerrero, en este sentido, son muy ricas. No decimos que son las mejores simplemente señalamos que existen otros caminos diferentes al que nos imponen.

Volviendo al punto de la prisión política, es necesario decir que siempre existirá quien se oponga a este sistema, pues en un mundo regido por la competencia de mercado, que privilegia las ganancias económicas sobre la vida; en un país como en el que vivimos donde más del 86% de la población vive en condiciones de pobreza y esta cifra aumenta cada año y los que nos gobiernan no hacen nada por revertir esta situación, pues para que ellos sean ricos debemos de haber millones de pobres; en una sociedad en las que los canales de participación política están acotados a elegir cada seis años a nuestros verdugos entre los partidos políticos que no representan más que a sus intereses, protestar no es sólo un derecho, es una obligación.

En México, no existe un censo total de las personas que están encerradas en prisión por su participación política, sin embargo, hay organizaciones de defensa de DDHH que hablan de más de 500 presos políticos en el país. Los hay pertenecientes a organizaciones político-militares, sindicalistas, defensores del medio ambiente, campesinos, indígenas, hombres y mujeres.

A pesar de la diversidad tan grande y las diferencias que pueden existir entre cada uno de los casos de prisión política, una cosa tienen en común entre ellos, que el Estado mexicano niega la existencia de presos políticos en el país. El Estado mexicano, no importa el nivel de gobierno ni el color del partido del que haya emanado, nunca admitirá que encierra a personas por razones políticas, Esto se puede explicar por diversas razones, una de ellas es el intento de ocultar a los ojos de la población la existencia de un conflicto social latente y vivo, presentando a los luchadores sociales como delincuentes del orden común o peligrosos terroristas que intentan desestabilizar al país con quien sabe que oscuros intereses. Recordemos como ejemplos la campaña en contra de los zapatistas en 1994, el linchamiento mediático a los estudiantes en huelga en 1999 o más recientemente lo sucedido en Oaxaca y Atenco y hace pocas semanas contra los estudiantes de Michoacán, en donde cientos de activistas sociales fueron detenidos y presentados mediante los medios masivos de comunicación como vándalos violentos. Es la criminalización de la protesta social.

Como activistas sociales en permanente tensión con el Poder, debemos estar preparados para ello. Si cuestionamos y nos enfrentamos al sistema, tenemos que esperar una respuesta basada en la fuerza y la sin razón, acompañada y reforzada por una campaña de criminalización. No queremos decir con esto que toda acción que emprendamos será tratada de esa forma. No es nuestra intención difundir desanimo ni sembrar miedos; por el contrario, señalamos esto, que de ninguna manera es una opinión que pretenda presentarse como la de alguien experto, para llamar la atención sobre la necesidad de estar preparados en caso de represión. Recordar que la mejor manera de enfrentar la represión y criminalización es la movilización y organización.

Desde nuestra experiencia, hemos identificado diferentes niveles en los cuales actúa la prisión política. En cada uno de ellos se enfrentan dos ideas encontradas y cada uno de ellos puede ser tomado y analizado por separado, pero según nuestra visión, cada uno forman parte de un mismo entramado y actúan de manera complementaria entre ellos, por lo que la lucha en contra de la prisión política se debe dar en cada uno de ellos y contra todos.

Abordemos primeramente el nivel en el que se enfrentan dos ideas de Derecho Penal. Como ya mencionamos, el Estado no reconoce la existencia de la prisión política, y para ello cuenta con toda una legión de jueces, actuarios, secretarios, ministerios públicos, etc., para montar y crear acusaciones, distorsionar hechos a conveniencia, falsear declaraciones y dictar sentencias a modo.

El caso que nos convoca el día de hoy es ejemplificante en este sentido. Como sabemos, en junio de 2000 en el municipio del Bosque existía mucha actividad política, razón por la que la policía realizaba patrullajes. El día 12 de junio gente armada emboscó en la carretera cerca de Las Limas, una patrulla que llevaba 9 personas, 7 perdieron la vida y 2 resultaron lesionadas, un elemento de la PSP y al hijo del presidente municipal de El Bosque que conducía el vehículo.

La Procuraduría General de la República atrajo las investigaciones. El policía sobreviviente antes de desmayarse refirió haber visto a un hombre vestido de civil y encapuchado. Nada pudo atestiguar. El hijo del presidente municipal perdió el sentido por los disparos y fue en el hospital donde firmó (o se falsificó su firma) un papel acusando al profesor Patishtán y a Salvador González.

El de los hechos el profesor Alberto participaba en una reunión oficial, existe un oficio y el control de listas de asistencia, así como el testimonio de sus compañeros maestros en la reunión, que demuestran lo imposible de la acusación.

Al volver a su casa, observó vehículos ministeriales y federales, realizando revisiones minuciosas. Al llegar a su comunidad, había en la gente inquietud y miedo, por lo que se convocó una reunión, decidiendo suspender toda actividad con el presidente municipal.

El 19 de junio de 2000 siete días después de la emboscada, cuando iba a su trabajo, 4 hombres de civil bajaron de una camioneta y se lo llevaron sin decir nada ni mostrar orden de aprehensión.

Su detención es considerada ilegal, pues se dio sin orden de aprehensión. En las oficinas de la Procuraduría en Tuxtla Gutiérrez, fue obligado a rendir declaración sin abogado presente. En la agencia del Ministerio Publico se le unto una sustancia en manos, oídos y pies. Después de esto, le dijeron que los resultados arrojaban que él había disparado un arma de fuego.

A pesar de las pruebas a favor de la inocencia del Profe, un año después de los hechos el hijo del presidente municipal, declara que vio a Patishtan, en la emboscada, que le pegó cuando estaba caído y que tenía la cara descubierta, testimonio contradictorio con el del policía herido en los hechos, quien refirió que los asaltantes iban encapuchados, lo que sentó las bases para que el 18 de marzo de 2002 fuera sentenciado a 60 años de prisión. Se siguieron los canales habituales, apelando la sentencia, la cual fue confirmada el 21 de agosto 2002. Se promovió un amparo directo, y el 11 junio 2003, el amparo fue negado.

Como decíamos, en este nivel se enfrentan dos ideas de Derecho Penal. Por un lado, el uso arbitrario de las leyes por parte del Poder y los gobiernos para montar acusaciones y dictar sentencias, y por otro, la idea del debido proceso legal, en la que si el proceso jurídico se apegara a Derecho, si las leyes se cumplieran, muchos de los detenidos por razones políticas ni siquiera pisarían la cárcel. En ese sentido es de reconocerse el trabajo de abogados solidarios.

Estos métodos los emplea el Estado sin distinción entre si el acusado realizó o no la acción de que se le acusa. La crítica de este nivel se queda en el ámbito del Derecho mismo.

El segundo nivel lo ubicamos estrechamente ligado al uso faccioso de las leyes, pues este no se explica si no entendemos que los jueces y ministerios públicos son representantes de un grupo dominante que echará mano de cualquier medio para defender sus privilegios. Esto nos explica porque a pesar de las buenas gestiones de los abogados defensores, los presos políticos continúan privados de su libertad, pues mientras exista este conflicto de intereses entre los grupos dominantes y los diferentes sectores de la población, organizada o no, existirá la prisión política. Aquí encontramos pues, el conflicto entre dos ideas de administración de la justicia, la idea de que la justicia es administrada según los intereses de clase.

Ilustremos esto con parte del discurso pronunciado durante su juicio por Augusto Spies, uno de los acusados por los hechos de Haymarket en Chicago en 1886:

“Al dirigirme a este tribunal lo hago como representante de una clase enfrente de los de otra clase enemiga, y empezaré con las mismas palabras que un personaje veneciano pronunció hace cinco siglos ante el Consejo de los Diez en ocasión semejante: Mi defensa es vuestra acusación; mis pretendidos crímenes son vuestra historia.”[iii]

La crítica a este nivel trasciende ya el ámbito de lo jurídico, para situarse en un posicionamiento de clase y social.

La crítica y lucha contra estos dos niveles de la prisión política puede, y es, compartido por diferentes tendencias del movimiento social. Nosotros dimensionamos un tercer nivel de la prisión en general y de la política en particular, y trasciende la parcialidad de los jueces, la impugnación de un proceso amañado o la administración clasista o facciosa de la justicia. Es la apropiación de la posición para juzgar y dictar sentencias por parte de alguien. La idea de que puede existir una institución por encima de las sociedades y pueblos capaz de vigilar y controlar, con la capacidad de castigar a cualquiera que se atreva a poner en duda los presupuestos sobre los que se cimienta su dominio.

En este nivel no importa ya la culpabilidad o no de los acusados, pues eso no es lo que está a discusión, no es ya una cuestión jurídica o administrativa, sino que lo que se debate y enfrenta es la idea de Libertad en contra de la Autoridad. Es la oposición entre igualdad y jerarquía lo que encontramos en este nivel.

Citemos un párrafo del texto “jueces” de Carlos Rodolfo González Pacheco, figura prominente del anarquismo rioplatense, consumado escritor, periodista, dramaturgo y orador

“Con el pie sobre el cuello de la víctima, el juez ya no ve sino sangre ni siente otra cosa que odio. Es una bestia confiada en su impunidad, y convencida, también, que eso la honra y la talla, la saca por arriba de los hombres como a algo grande, sereno y respetable… Sería curioso saber en qué abismante locura funda su creencia de ser superior al criminal que condena; con qué se lava las manos para no manchar a sus hijos después que mata; dónde pone la conciencia para dormir; cómo resiste, en fi n, la tentación de ahorcarse.

En el fondo, todos los tribunales son lo mismo; todos los jueces. Y no variarán de esencias si, en vez de la burguesía, salen del pueblo. Sea de hierro o de cristal el frasco, el líquido autoridad hiede y envenena igual; si se le destapa y se le esparce. El poder de sentenciar: ¡ése es el crimen!” [iv]

Para ir concluyendo con este tema, podemos decir que mientras existan privilegios y privilegiados habrá desigualdad social, y mientras exista desigualdad social, la lucha en contra de ella continuara brotando desde los campos y las ciudades. Y a la lucha y organización el Poder siempre opondrá mecanismos como la prisión para exterminarla. No se puede entender la prisión, política o social, sin el capitalismo, la dominación y la explotación y para acabar con ella, es necesario también acabar con las relaciones sociales que permiten la reproducción del sistema.

La lucha contra la prisión política debe ser también la lucha en contra del capital. Debemos entender y practicar, la solidaridad como un eje integral de la lucha contra el capitalismo y su explotación. Pensamos que la solidaridad con perspectiva anticapitalista debe de alejarse de falsos debates entre Inocencia o culpabilidad, pues esto fortalece el discurso del Poder. Nuestros compañeros no deben estar en prisión, no porque sean inocentes, sino porque las prisiones no deben de existir.

El asumir e incorporar a los compañeros en prisión como participes activos en la guerra contra el capital se hace imprescindible; su lucha es la nuestra; no se trata de luchar por los presos, sino de luchar con ellos por su libertad y la destrucción de las prisiones.

La solidaridad es nuestra arma; debemos atacar con ella, liberando todo el potencial que genera el apoyo entre iguales.

Al respecto, nos queda claro que la cárcel, y el sistema carcelario en su totalidad, son una institución dirigida a romper individuos, voluntades, lasos sociales, generar individuos dóciles al poder y al sistema, intenta acostumbrar a los y las presas, y con ellas a la población en general, a que el poder está ahí, que es necesario, y temible, ante el cual hay que sojuzgarse, y cuando se pueda, sojuzgar al otro y la otra. Es una institución basada en la dominación institucional, jurídica, policiaca, e individual, que se basa en generar miedo al castigo, miedo a romper las reglas establecidas por el sistema, miedo a romper con el poder político, económico, cultural y social y con sus dinámicas.

Ante una institución con tales objetivos (destruir las voluntades de los individuos, comunidades y sociedades), a nosotros, nos toca hacerle frente por medio de la solidaridad, la cual es un deber como compañeros, compañeras, pero también una herramienta, mediante la cual, poder aminorar los efectos que la cárcel busca generar en los individuos, mediante la cual, podemos contrarrestar ese miedo, esa pretensión de arrebatar voluntades. Con nuestra solidaridad, rompemos esos muros grises, aunque sea a un nivel simbólico, contrarrestando ese aislamiento y miedo que la cárcel implica.

Cruz Negra Anarquista México.
Mayo 2012
San Cristóbal de las Casas, Chiapas.

Notas:
[i][i] Foucault Michel. “Las Redes del Poder”. Transcripción de la conferencia proferida en 1976 en la Facultad de Filosofía de la Universidad del Brasil. Publicado en la revista anarquista “Barbarie” N° 4 y 5 en 1981-82, San Salvador de Bahía, Brasil.[ii] Malatesta, Errico, citado en “Cappeletti, Angel, #El pensamiento de Malatesta, idealismo ético y socialismo libertario”

[iii] Discurso de Augusto Spies ante los jueces, tomado de la Edición Digital de Editorial Antorcha “Los Mártires de Chicago”

[iv] González Pacheco, Carlos Rodolfo. “Los jueces”, citado en D´Auria, Anibal, “El discurso anarquista en sede judicial”

Extraído desde: Abajo Los Muros

la psiquiatría: industria de la muerte

El video contiene declaraciones de resultados de profesionales de la salud, académicos, expertos en derechos legales y humanos y víctimas de las brutalidades psiquiátricas que van desde electroshock y compromiso involuntario hasta la tortura política, cirugía del alma y los devastadores efectos de los psicofármacos.

Esta investigación entiende que la psiquiatría es una industria manejada completamente por el dinero, y brinda orientación práctica para los legisladores, doctores, defensores de derechos humanos y ciudadanos para que tomen medidas en su propio ámbito a fin de que la psiquiatría cumpla con las leyes.

Esta producción llevó dos años de preparación. Las imágenes gráficas de archivos y filmes actuales que describen a los psiquiatras en acción, entrevistas reveladoras con expertos médicos y conmovedores relatos de las víctimas y sus familias, hacen de este el más completo y devastador documental del abuso psiquiátrico jamás producido.

“Poderoso y perturbador pero en última instancia inspirador“.
– Martin Whithley, parlamentario de EE.UU.

CONTENIDOS:

Capítulo 1, La Psiquiatría: Una Industria De La Muerte

Los gobiernos, las compañías de seguros e individuos pagan miles de millones de dólares cada año a los psiquiatras buscando remedios que los psiquiatras mismos admiten que no existen.

Las “terapias” psiquiátricas han causado millones de muertes.

La venta de drogas psiquíatricas en el mundo asciende a más de 76 mil millones de dólares al año.

Capítulo 2, Los Orígenes De La Psiquiatría

Desde su principio en el siglo XVIII, usando las prácticas de recluir, restringir y aislar a las personas con problemas en instituciones, los psiquiatras han sacado provecho de la miseria humana.

La tortura, experimentos, restricción física y mental, y los llamados “tratamientos” que se infligen a cientos de miles de personas cada año, resultan en miles de muertes.

Capítulo 3, El Hombre Redefinido

Al redefinir el hombre como un animal sin alma, los psicólogos y psiquiatras pensaron que el hombre podría ser manipulado tan fácilmente como un perro que puede ser entrenado a babear cuando escucha una campana.

Capítulo 4, La Psiquiatría: Los Hombres Tras El Holocausto

Los nazis mataron a millones de personas.

Su justificacion fue la teoría de la eugenesia de los psicólogos y los psiquiatras: que ciertas personas que son inferiores, deberían ser exterminadas y que su tipo debería desaparecer de la raza. Estos artífices del holocausto nunca fueron llevados ante la justicia.

Capítulo 5, La Psiquiatría: Creando Razismo

Desde el apartheid en Sudáfrica hasta el Ku Klux Klan y experimentos en minorías en Estados Unidos, los racistas más salvajes se inspiraron en la eugenesia que justificaba la injusticia, la inhumanidad y la negación de la dignidad humana a millones de personas.

Capítulo 6, Psiquiatría Soviética

El hombre lucha y muere por el derecho a hablar y actuar libremente. La psiquiatría conspiró con aquellos en el poder en la Rusia comunista para despojar de los derechos políticos a los disidentes y definir su “búsqueda de justicia” como trastorno mental para justificar su encarcelamiento.

Capítulo 7, Daño Cerebral: Cura Milagrosa De La Psiquiatría

Si se clavara un punzón accidentalmente detrás de los góbulos oculares de alguien o recibiera una descarga eléctrica de 120 a 240 voltios, dejándolo convulsionado y respirando con dificultad, se le llevaría al hospital urgentemente.

Para un psiquiatra estos actos son “tratamiento”.

Las operaciones psiquiátricas del cerebro se siguen practicando hoy en día, a pesar de la falta de evidencia científica que apoye la teoría de que el cerebro es la causa de cualquier trastorno mental.

Capítulo 8, Drogando Por Lucro

Las drogas psiquiátricas no están diseñadas para curar, sino para suprimir los síntomas y dañar físicamente a quien las toma. Con cada una de las nuevas “píldoras milagrosas” se hacen declaraciones de que son seguras y eficaces; sus peligros sólo se exponen más tarde. Las drogas psiquiátricas
matan.

A más de 500 millones de personas mundialmente se les ha prescrito drogas psiquiátricas para afecciones que no son enfermedades y que ninguna prueba de sangre, rayos x, prueba de desequilibrio químico, encefalograma
o exámen físico pueda verificar.

Capítulo 9, Coacción e Inmovilización Psiquiátricas

Hoy en día el uso de la restricción física y química en los hospitales mentales por los psiquiatras es un procedimiento muy lucrativo. Admitiendo que la muerte usualmente es inevitable por tales procedimientos, literalmente hablando, a los psiquiatras se les deja hacer lo que les da la gana.

Capítulo 10, Criminalidad Psiquiátrica

Trabajando en una “profesión” compuesta de individuos que cometen violaciones, extorsión y fraude, muchos psiquiatras han recibido sentencias de prisión y multas civiles.

Como mínimo, el diez por ciento de los psiquiatras asaltan a sus pacientes sexualmente; de cada 20 víctimas una es menor de edad.

Los organismos que regulan las drogas en todo el mundo han emitido más de 70 advertencias contra el uso de drogas psiquiátrica, exponiendo las drogas como causa de defectos de nacimiento, alucinaciones, psicosis, hostilidad, agresión, efectos de abstinencia, daño hepático, ataques cardiacos, derrame cerebral, tendencias homicidad, suicidio y muerte.

Capítulo 12, Los Niños: En La Mira De La Psiquiatría

A millones de niños los psiquiatras les han puesto etiquetas por el comportamiento normal de la niñez y les han prescrito drogas psiquiátricas que hacen que cometan actos violentos y suicidio.

A diecisiete millones de niños se le han prescrito drogas psiquiátricas que alteran la mente, incluyendo a infantes menores de un año.

Capítulo 13, La Psiquiatría: Influencia Oculta

Durante más de 60 años, la psiquiatría ha impulsado su agenda de control, poder y dominación en una sociedad que no ha sospechado de esto, infestando el campo del cumplimiento de la ley, la educación, la medicina, la
política y muchos otros.

Capítulo 14, Comisión de Ciudadanos Por Los Derechos Humanos

Restaurando los derechos humanos y la dignidad a la salud mental.

Las guerras, revoluciones y sufrimiento del hombre provienen de la falta de datos acerca de la mente y el hombre. Con la psiquiatría dominando este campo, hemos tenido un siglo de sufrimiento indecible y violencia.

Los psiquiatras actúan por encima de la ley: encierran a la gente sin ningún proceso judicial, la privan de sus derechos humanos mientras la obligan a recibir tratamientos que no desean. La Comisión de Ciudadanos Por Los
Derechos Humanos ha expuesto violaciones de la psiquiatría, ha luchado contra estas y ha ganado durante más de 36 años.

FICHA TÉCNICA:

Título: Psychiatry – An Industry of Deadh.
País: EE.UU.
Año: 2006
Género: Documental/ Sociedad/ Salud
Producción: Citizen Comission on Human Rights International
Calidad: DVDRip
Duración: 1:48:22
Idioma: Inglés
Subtítulos: Español (incorporados)

FUENTE: http://www.elciudadano.cl/2010/06/12/23350/psiquiatria-una-industria-de-la-muerte/

kingsley Hall

A therapist at Kingsley Hall, 1965

El psiquiatra RD Laing describía la locura como «una respuesta perfectamente racional a un mundo demente». En 1965, después de haber servido como médico en el ejército británico y especializarse en psicoterapia en la Clínica Tavistock de Londres, Laing formó la Asociación Filadelfia con un grupo de amigos de ideas afines. Su objetivo era llevar a cabo una revolución en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades mentales.

«Nuestro objetivo es cambiar la forma en que se ven los ‘hechos’ de ‘salud mental’ y ‘enfermedad mental'», relataba un-informe-manifiesto que llegó más tarde. «Esto no es solo una nueva hipótesis o un aporte en un campo existente de la investigación y la terapia, es una propuesta para cambiar el modelo.»

En Junio de 1965, en pleno apogeo contracultural, varios pacientes mentales ingleses organizaron junto a R.D.Laing y otros psiquiatras, una comunidad para ellos y para las personas que se encontraban en un estado de psicosis. Kingsley Hall era una antigua casa londinense situada en el Este, que había servido con anterioridad para otros servicios sociales. La casa podía albergar a unas 15 personas y contaba con unas 20 habitaciones, cocinas salones…etc.
Los fundadores de la experiencia » Kingsley Hall», entre ellos Ronald Laing, Joe Berke, Jerome Liss y Leon Redler, creían en el ambiente de protección y ayuda y favorecían el » viaje» interior de las personas etiquetadas de esquizofrenia .

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La experiencia duró desde junio 1965 hasta agosto de 1969 y en la casa vivieron más de cien personas, la mayoría jóvenes esquizofrénicos con estancias variables.
El estilo de vida era totalmente comunal, con una estructura de autogobierno, de tal modo que los que estaban mejor ayudaban y cuidaban a los que estaban mal.
No existía personal ni se daban medicamentos y eran el ambiente y la atmósfera los que favorecían el viaje interior y la exploración de las contradicciones de la comunicación humana .En la  comunidad cada uno pagaba según de sus posibilidades, de acuerdo con las necesidades de todos.
Uno de los casos más famosos del Kingsley Hall es el de Mary Barnes, que llegó a convertirse en una auténtico «paradigma» del movimiento antipsiquiátrico. Mary Barnes realizó, ayudada por el psiquiatra J. Berke una larga regresiónrenacimiento a lo largo de su estancia: «Eso fue para mi Kingsley Hall, un salto mortal hacia atrás, una ruptura, una purificación, una renovación (…) El yo
enterrado, embrollado en la culpa y ahogado en cólera, creció de nuevo, libre de los nudos de mi pasado.» (Mary Barnes).
Durante el tiempo de su regresión a la infancia, manchaba las paredes con sus heces, chillaba por la atención y que se alimentaba con un biberón. Más tarde se convirtió en una artista de renombre, poeta y, en 1979, en el tema de una obra de teatro de David Edgar .

Evening meal at Kingsley Hall, 1965

Uno de los temas más polémicos es que se administrase a varios pacientes y trabajadores LSD de alto grado, que todavía era legal cuando Kingsley Hall estaba abierta, supuestamente para liberar sus demonios internos o traumas infantiles enterrados. Al menos dos personas saltaron del techo del edificio. Su reputación, también atrajo a vagabundos y los abandonos y, al menos una vez, la casa fue allanada por la escuadra de drogas.

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Pamela Lee: residente, 1967-1968
Kingsley Hall: Pamela Lee «Me dieron un poco de LSD. Solía ​​fumar cannabis, pero el ácido me asustaba ‘

Pamela Lee vivía en otra casa de la comunidad después de salir de Kingsley Hall. Ella ahora vive en la vida en el norte de Londres y le gusta hacer gatos de cerámica en una clase en el Centro de día María.

«Pamela era excepcional en cierto modo, [porque era] totalmente normal», recuerda su compañero residente Dorothee von Grieff. «Tenía este mobiliario burgués – era tan ordinario que era un contraste.» Según Francis Gillet, «ella solía vivir con un tazón de arroz integral y miso por día».

Tenía 10 años cuando mi padre murió y 17 cuando murió mi madre. Mi hermana se había ido a Londres. Yo no tengo ninguna familia realmente.

Tuve un momento muy caótico en ese período en Londres: tantas direcciones – estuve en 30 lugares en un año. No fue mi elección. Fui a un hospital psiquiátrico porque tenía una relación con un chico que conocí, un estudiante de medicina.

Él me presentó a sus padres ‘recuerdo que yo estaba muy, muy nerviosa ese momento – con gran rimidez. Sus padres pensaron que yo no era muy saludable.

Recuerdo que caminaba por la calle cuando estaba con él, y me sentía en la cima del mundo. Me imaginaba que todas las personas me mirában y sentían, lo maravillada y feliz que estaba.

Pero luego se terminó, y fue como el final de mi vida, era tan horrible. Fui al doctor y le dije: «¿Me pueden enviar a una clínica de reposo, yo no puedo alimentarme a mi misma», y me enviaron a un hospital psiquiátrico. Me quedé muy decepcionada.

Había leído este libro años antes – El yo dividido [de Laing] – y me di cuenta de que alguien realmente me entendía; fue increíble. Así que llamé y conseguí una entrevista – Creo que fue en Harley Street – con Ronnie Laing, y él me habló acerca de este lugar [Kingsley Hall].

Y así es como llegué allí. Era como si alguien realmente me entendiese. Sí, estaba realmente muy impresionada con Ronnie.

Recuerdo que la gente de los alrededores [los residentes locales] en realidad no les gustabamos mucho. Había una sensación muy negativa hacia nosotros –  lo cual no es un muy buen espíritu comunitario. Estábamos tan aislado de las personas que nos rodeaban, sin motivo alguno, nos miraban, y simplemente nos ignoraban. Lo que no nos gustaba en absoluto.

Me dieron un poco de LSD cuando yo estaba allí. Solía ​​fumar cannabis, pero el ácido me asustaba. Al final, lo tomé.Francis-Gillet-Kingsley-H-003

Francis Gillet: residente 1966-1970

Recuerdo que solíamos comer juntos. La comida no era muy buena, en realidad.
Francis Gillet «Ronnie dijo,» Vaya loco, joven «. Lo llevé a su palabra y me fui tan loco como me fuera posible ‘

Francis Gillet vivió en Kingsley Hall como un esquizofrénico paranoico no medicado. Posteriormente vivió en varias otras casas de la comunidad. Ahora vive en los alojamientos protegidos en Oxford.

Yo era un overdoser compulsivo. Si usted me mostraba una botella de píldoras, me tragaba todas ellas. Parte del problema era – y he estado reflexionando sobre ella últimamente – que era demasiado joven. Tenía demasiada vida para vivir, e iba a ser muy difícil de vivirla. Vi el camino por delante como muy largo y muy difícil, y así fue. Quiero decir, ahora estoy casi con 65 años, no creo de esa manera porque no tengo tanto tiempo para ello, una gran parte del trabajo duro ya se ha hecho.

En ese momento yo estaba en Kingsley Hall, la visión era realmente que, si tenías esquizofrenia, no era bueno hablar con usted porque usted nunca conseguiría ningún sentido fuera del sentido de un esquizofrénico – es una tontería lo que sale de sus bocas. Y Ya casi me había suscrito a esa visión. Ronnie [Laing] dijo: «Vaya loco, joven», y lo hice. Lo llevé a su palabra, y yo fui tan loco como me fuera posible, y en ningún momento se intentó detenerme.

Había algunas personas muy locas en Kingsley. Había un hombre que puso la mesa del comedor en la zona del jardín de arriba, lo arregló todo para una fiesta a la hora de la cena, vestido con ropas blancas. Me desperté una mañana y ahí estaba la mesa de la cena colocada en el jardín y un hombre con una túnica blanca hablandose a sí mismo.

Una vez salté de la azotea. Salté en un depósito de chatarra, que estaba lleno de lavadoras viejas y cosas que la gente había arrojado por encima del muro. Tengo una fractura de ese accidente en mi columna vertebral que todavía me causa problemas hoy.

Ronnie utilizaba para mantener el ácido su nevera. Era un material puro, de grado de laboratorio Sandoz, el verdadero McCoy.. Él creía que era una especie de laxante espiritual, que creo que es, probablemente, una descripción bastante exacta de la misma. Me acuerdo entregándomelo a mí: yo pensé, ‘Esta es la manzana del árbol del conocimiento, y si tomo este va a ser un largo camino de vuelta de donde yo voy «, pero lo tomé . Ronnie creía que sería capaz de eliminar demonios con la suya. Yo no estaría de acuerdo, creo que es una cosa interesante.

Luego estaba el DMT – Dimetiltriptamina o ‘triptamina. Era la sustancia refinada de una planta de la selva amazónica y que había enviado desde California en un maletín. Lo tomé de una vez, y cambió mi vida para siempre. Sólo fue una vez la que realmente voló mi mente, y ya nunca pensé nuevamente lo mismo de nada.

Un grupo de nosotras en el Salón estabamos interesadas ​​en tomarla. Tan pronto como se inyectaron, que se derrumbó en una cama; no podíamos resistir. Estábamos en una habitación pequeña. Tuve una visión de mí mismo como un Judio muerto siendo arrasado hacia  un pozo de enterramiento masivo en Auschwitz. Fue una experiencia intensamente fuerte. Era el final de la vida, el fin de la existencia. Me sentí muy muerto en ese momento.

[Otra vez], Recuerdo haber conocido a Sean Connery. Él estaba en el apogeo de su fama de James Bond en ese momento. Vino a una fiesta con Ronnie, y los dos comenzaron a hablar, jugar mientras los demás estabamos parados alrededor y bebiendo. Se fueron y sigue discutiendo ambosen la sala de juegos. Decidieron ver cuál era más dura – James Bond o Ronald Laing.

Así que fue todo una fiesta salvaje, al día siguiente se presentó ala hora del té y se sentó, tomó una taza de té y nos dijo que había sido joven una vez y él no había tenido mucho de sí mismo, lo que pudo verse a sí mismo en nosotros y ese tipo de cosas. Él en realidad volvió a darnos las gracias por tener la fiesta de la noche anterior. Era muy humilde y muy agradable.

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Jutta Laing: residente, 1966-1967
Kingsley Hall: Jutta Laing ‘No era la comodidad, Kingsley Hall, eso es seguro. Pero fue un extraordinario grupo de personas ‘

Jutta Laing era la novia de RD Laing en Kingsley Hall y se convirtió en su segunda esposa en 1974. Tuvieron dos hijos y una hija, pero se divorciaron en 1988. Ella ahora vive en el norte de Londres, donde enseña yoga

Vine aquí porque quería salir de Alemania. Yo tenía cinco nombres de la gente que podría ponerse en contacto y yo escogí RD Laing al azar y lo llamé. Me invitó a almorzar, y así es como nos conocimos. Él había dejado a su esposa y sus hijos, y, aunque algunas personas les gusta creer que lo llevé lejos de su familia, eso no es cierto en absoluto porque ya había tenido una relación con otra persona antes que yo.

Trabajé freelance – Galería  y haciendo ilustraciones para el bazar de Harper – y me fue muy bien, pero mi vida en Kingsley Hall y mi vida con Ronnie fue lo que se convirtió en predominante. Era un lugar destartalado para vivir, en parte porque había unas cuantas personas muy psicóticas que vivían allí que nunca se lavaban o limpiaban sus habitaciones. Algunas personas lo utilizaron como una comuna. Unos hippies gravitaron hacia el lugar porque era muy barato vivir allí. Al vivir allí tuvimos muy poco tiempo [libre]; siempre fuimos un grupo de personas, tal vez tres, cuatro, cinco personas, al cuidado de alguien que se había perdido por completo, para que no se hiciese daño a sí misma.

Para todos los que vivían allí, Kingsley Hall fue un período intenso, y mi vida con Ronnie fue intensa en el sentido de que mucha gente quería conocerlo. Siempre había visitantes de todo el mundo. Ronnie era una de esas personas que te amaba ya sea o no entendido. Algunas personas pensaron que estaba loco el mismo. Él estaba excepcionalmente vivo y era muy carismático. [El antropólogo] Francis Huxley lo etiquetó como un chamán.

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Dorothee (Dodo): residente, 1966-1967
Kingsley Hall: Dorothee (Dodo) ‘Ronnie era un mago, un chamán. Ese lugar no puede existir sin una figura tan clave ‘

Dorothee von Grieff llegó a Londres después de terminar la escuela de arte en Alemania para «encontrarse a sí misma». Ella visitó y vivió en Kingsley Hall por la «experiencia». Una fotógrafa consumado, tomó muchas fotos mientras estaba allí. Se fue a estudiar budismo tibetano y ahora vive en el norte de Londres.

Siempre estaba buscando algo en Alemania, en mi entorno; No pude encontrarlo. Alemania estuvo muy controlada siempre y yo me rebelaba y ella no quería rebelarse. Sólo quería vivir y ser yo misma. Y eso fue una liberación increíble, que sucedió, en cierto modo, de manera tan dramática, que fue inesperada.

Esta increíble libertad en Inglaterra y luego en Kingsley Hall era simplemente alucinante. Alemania estaba tan hacia atrás: la psicología o la terapia no existía, me refiero a que era algo para locos.

[En Kingsley Hall] Era de puertas abiertas y sin medicación, lo que era totalmente revolucionario,  en ello se fundamentaba la idea y fue increíble. Eso fue en los años sesenta, la gran revolución, y para mí la habilidad de Ronnie Laing era para sostener el espejo. Él era un chamán, que te hacía un regalo increíble sólo con escucharte, con estar presente y sintonizar con el mundo y la experiencia de la otra persona, cosa que yo nunca había conocido antes.

Recuerdo que Mary Barnes tenía su habitación con el cuarto de baño de arriba. Cuando ella estaba en el baño, sonó como una ballena, elhecho estos sonidos increíbles y divertidos fué que el agua del baño llegó como una cascada por las escaleras a su habitación. Tenía tanta alegría que se puso a imitar a una ballena mientras el agua bajaba por las escaleras. Siempre eran días bastante especiales cuando ella tenía sus baños.

Yo era una ayudante, cocinaba.. Pero después de un año empecé a oír voces. ¿se me estaba pegando?. Y entonces la magia negra entró en la casa, esta energía oscura. Acaba de suceder. Era como un hipopótamo que entraba pisoteandolo todo a través de la casa. Era tan espeluznante que no puedo decirte.

Antes Ronnie y Jutta habían roto- lo que fue un momento muy, muy dramático para toda la comunidad – y Ronnie tuvo su crisis, cuando todo se vino abajo – Kingsley Hall había ya había cesado actividad. Pero por lo general había una continuidad de las reuniones, la música, que se reúnen, Rebirthing y así sucesivamente.

Regresé de un viaje a Alemania y había una reunión en la casa entre los distintos miembros y me pareció que todo se había desatado. Quiero decir, Ronnie estaba furioso y rugiendo como un león en el dolor. Cuando Ronnie la dejó fue cuando se desató la catástrofe, porque Ronnie [era] un mago, un chamán y un ser increíble. Fue una decepción total. Ronnie estaba sosteniendo el lugar . Un lugar así no puede existir sin una figura clave, no se puede.Me presentaron al budismo tibetano y [fui a] viajar con mi maestro tibetano en el Tíbet y la India.

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James Greene: visitante 1966-1968; residente 1968-1969
James Greene ‘Él no creía en las etiquetas, paciente frente ayudante; no había ninguna demarcación ‘

James Greene, sobrino del autor Graham Greene, fue inicialmente un paciente de RD Laing. A continuación, comenzó la formación como psicoanalista. Greene supervisó de manera informal el funcionamiento de Kingsley Hall. Él pasó a convertirse en un traductor de la poesía rusa y un dramaturgo. Vive en el norte de Londres

Ronnie me ayudó a convertirse en un terapeuta. Fue totalmente poco ortodoxo pero que no creía en la capacitación formal para los terapeutas – si pensaba que era una persona adecuada para ser un terapeuta, f *** el entrenamiento. Él no creía en las etiquetas, paciente frente ayudante; no había demarcación. Lo mejor que se puede decir de él es que él era una especie de chamán. Si, hubiera pegado ser un chamán, OK, pero él también estaba trabajando oficialmente como psicoanalista. Realmente no se puede combinar estas dos funciones y que estaba lleno de contradicciones. Las personas involucradas con él sufrieron como resultado …

Un paciente había estado en un hospital mental: John Woods, creo. Su etiqueta en psiquiatría ortodoxa era paranoico esquizofrénico. Tenía fantasías acerca de una mujer joven y no podía escribir cartas por el mismo así que me las dictó a mí. Al final resultó que esta mujer no estaba interesado, por lo que asumió erróneamente que estaba impidiendo que viniese a visitarlo. Él pensó que yo era un mago negro y le estaba controlando a ella. Entonces vivíamos allí y la situación que se creó se convirtió en un miedo constante. Había una capilla en el edificio, con un enorme crucifijo, una mañana temprano él se echó a mi habitación sosteniendo el crucifijo. Pensé que me iba a atacar con él, pero él solo me quería exorcizar. Hice algo que iba en contra de la ideología del lugar.

historia de la antipsiquiatría

» El terror actúa poderosamente sobre el cuerpo a través de la mente, y ha de
emplearse en la cura de la locura»

Doctor Benjamin Rush, padre de la psiquiatría norteamericana, 1818.

  Seminario Antipsiquiatria

Aunque el término antipsiquatría lo acuñó el terapeuta y filósofo David Cooper en su conocida obra «Psiquiatría y antipsiquiatría» (1967), el comienzo de este movimiento podemos situarlo en 1957 cuando el psiquiatra norteamericano T.Szasz pone en duda la realidad de la enfermedad mental en su obra «Dolor y placer». A modo introductorio podemos definir la antipsiquiatría como «un movimiento crítico que se cuestiona las prácticas psiquiátricas tradicionales y la noción de enfermedad mental sobre la cual se apoya desde mediados del siglo XIX». Tras esta definición a la contra, es decir, caracterizando a la antipsiquiatría como crítica y oposición frontal frente a muchas de las prácticas psiquiátricas de la época, Cooper extiende la definición, proponiendo que «… la Antipsiquiatría es política y subversiva, por su misma naturaleza, con respecto al represivo orden
social burgués (…) antipsiquiatra es quien esta dispuesto a correr los riesgos involucrados en alterar progresivamente y radicalmente la forma en la que vive. El o la antipsiquiatra debe estar dispuesto a abandonar los mecanismos de seguridad de la propiedad (más allá del mínimo necesario), los juegos monetarios explotadores y las relaciones estáticas, confortables, de tipo familiar, oponiéndoles la solidaridad y la camaradería (…) Debe estar dispuesto a ingresar en su propia locura, quizás hasta el punto de ser invalidado socialmente, ya que si así no lo hace, no estará capacitado. La Antipsiquiatría es una parte necesaria y urgente de la revolución permanente, de lo contrario no es nada».

psiqui

Según Vallejo, podemos sintetizar las ideas básicas del movimiento antipsiquiátrico en los siguientes puntos:

1. La enfermedad mental tiene una génesis fundamentalmente social.
2. La psiquiatría tradicional ha sido la culpable, a través de su doctrina y de sus actuaciones prácticas, de la perpetuación de un estado de represión ante el paciente psíquico.
3. Consecuentemente, rechazo hacia toda la estructura que sustenta y se deriva de la psiquiatría tradicional: clasificaciones psiquiátricas, terapéuticas ortodoxas ( biologistas, conductistas, psicoanalíticas), fenomenología clínica, hospitales psiquiátricos, etc…
4. La solución se enfoca a través del compromiso y práxis política que corre en paralelo al desmantelamiento de la psiquiatría tradicional.

Junto a los trabajos de T.Szasz y de otros autores como Cooper y Laing, que fueron los que establecieron las bases teóricas del movimiento antipsiquiátrico, otro de los factores determinantes, que confluyen en esa época, y que será una pieza clave en el ulterior desarrollo de este movimiento es la publicación en 1961 de Historia de la locura en la época clásica de M.Foucault. El autor sostiene que son las presiones que la sociedad ejerce sobre el sujeto las que producen la
alienación, condenándole posteriormente a la reclusión y al abandono. Para Foucault, «los gestos de Pinel en Francia y de Tuke en Inglaterra rompen definitivamente el diálogo entre la razón y la sinrazón, recluyendo esta última en un estéril silencio» (Vallejo). El análisis que realiza Foucault de la evolución del concepto de locura a lo largo de la historia y de las relaciones entre este concepto
y el pensamiento de cada época, ayudó a la construcción de las teorías antipsiquiátricas. Todo el pensaminto de Foucault está presente en este movimiento, desde su análisis de las institiciones psiquiátricas, el modelo de la lepra y de la peste, el Panóptico (como concepto tanto psiquiátrico como social )…etc.

LA ANTIPSIQUIATRÍA INGLESA
D.Cooper, A.Esterson, R.D. Laing, fueron los iniciadores y máximos representantes de esta corriente en su país. La locura es ponderada como una forma natural y positiva de enfrentarse a la patología social (la familia aparece como una estructura portadora y continuadora de las contradicciones sociales) .

Cooper nació en 1931 en Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Allí se graduó de médico en 1955 y después se trasladó a Londres para hacer su formación psiquiátrica.Influenciado por el pensamiento de Sartre, H.Marcuse y con unas inclinaciones póliticas cercanas al anarquismo, comienza a desarrollar una teoría y práxis propias, manteniendo una concepción existencial y fenomenológica de la locura.

Cooper ditinguía tres tipos de locura:
1.- La primera, que el denominaba «demencia» es la locura social que nos envuelve (explotación, guerras, desastres ecológicos, masacre del deseo, relaciones de competencia…) fruto del capitalismo y de la sociedad espectacularmercantil en la que vivimos.

2.- La segunda locura que distinguía era la locura de «viaje interior«, defendiéndola como un medio de desestructuración de la experiencia alienada y de construcción del propio proyecto existencial .

3.- La tercera locura que señalaba era la producida por la «demencia social«, la creada por los entornos esquizofregénicos, (generalmente a partir de la estructura familiar patriarcal pero también en el trabajo, escuela…) que sitúan a la persona en una posición sin otra salida que la locura.

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Ronald Laing nació en el seno de una familia humilde de Glasgow, siguió estudios primarios y secundarios en una escuela estatal, de allí pasó a cursar estudios de medicina en la universidad de Glasgow. Se graduó en 1951. Adquirió sus primeras experiencias psiquiátricas en el ejército inglés entre 1951 y 1953 ( mientras hizo el servicio militar obligatorio). Trabajó en Glasgow como especialista en psiquiatría desde 1953 a 1956 en un hospital psiquiátrico y en tareas universitarias de enseñanza. Va acumulando experiencias y observaciones sobre el comportamiento
de los esquizofrénicos crónicos, que posteriormente utilizaría para su libro » El Yo dividido».
En 1957, Laing pasó a desempeñar un puesto en clínica Tavistock de Londres, ese año completa el borrador de » El Yo dividido». Comenzó a estudiar en profundidad la literatura fruediana y neofreudiana y a escritores de corte existencialista ( tanto psiquiátrico como literario)

La patogenia familiar y social:
Esterson y Laing pusieron el acento sobre la causalidad esencialmente social y familiar de la enfermedad mental y dirigían sus investigaciones hacia el proceso dialéctico e histórico que se ha desarrollado a través del complejo juego de las relaciones interpersonales. La familia es considerada por ellos como una textura relacional, un campo de interacciones concretas donde los enfrentamientos y las influencias recíprocas se encuentran agrandadas. Esterson y Laing llevaron a cabo una investigación sobre una serie de familias, en cuyo seno se encontraba un «esquizofrénico», y demostraron que el comportamiento clínicamente sintomático de la esquizofrenia no era más que el resultado interacciones sociofamiliares. El estudio de las familias permite entender la sintomatología del enfermo mental como la adaptación dramática de un individuo al que las condiciones familiares fuerzan, en alguna medida, a una verdadera situación de supervivencia. Dos sectores totalmente separados convergen en el pensamiento de Laing: París y Palo Alto (California), es decir, por un lado incluye una serie de términos y conceptos utilizados por Sartre, y por otro lado, aprovecha las investigaciones del grupo de Palo Alto (J.Aeakland y D.Jackson) en torno al «doble vínculo» (término introducido por el etnosociólogo G.Bateson que puede definirse como una distorsión de la comunicación intrafamiliar) que constituye uno de los factores determinante de la en la aparición y desarrollo de la esquizofrenia

La metanoia
El movimiento antipsiquiátrico inglés ponía en duda el diagnóstico de psicosis crónicas (creían que en el desarrollo de esta categoría desempeñaba un papel fundamental la institucionalización del paciente), pero sin embargo aceptaban la existencia de las «psicosis agudas», en las que había que respetar su evolución normal que debía ir hacia la curación. Era suficiente, por tanto, acompañar al
enfermo en su «viaje». Laing denominó a este viaje metanoia, palabra griega que aparecía en los Evangelios y que venía a significar «conversión»o «transformación espiritual». En estos viajes metanoicos de las psicosis (que podían ser producidos también por sustancias psicomiméticas como el L.S.D.) se producía una transformación del espíritu, y son «buenos» o «malos» en función de un medio beneficioso o negativo para tales viajes.
La psiquiatría tradicional, que consideraba estos viajes como enfermedades y los trataba como tales, producía la cronificación del cuadro y la aparición de la esquizofrenia. Sin embargo, cuando el medio es favorable, este viaje es un descubrimiento más profundo de uno mismo, con un  dinamismo revolucionario beneficioso, es (en palabras de Laing) «un vuelco favorable en la evolución de la personalidad». Estos viajes nos permitirían conseguir la aparición del «Inner Self»
(si mismo verdadero y auténtico) que existe detrás del «False Self» (si mismo artificial).

El «antihospital«: «Más que teorías lo que necesitamos son experiencias, porque la
experiencia es la fuente de la teoría» ( R.D.Laing)
El movimiento antipsiquiátrico tiene la necesidad de presentar una alternativa terapéutica al conjunto de prácticas clínicas que ferozmente atacaban y frente al hospital psiquiátrico clásico, surge la figura del «antihospital».
En las instituciones psiquiátricas clásicas, el sujeto internado es concebido siempre como «objeto» y no como «sujeto activo» de la comunicación. El enfermo vive en un «panóptico» donde es visto, pero no ve. Este análisis de la institución psiquiátrica (formulado como una concretización capilar del poder dentro de una «sociedad panóptica») realizado por Foucault y otros autores ( Goffman…) aplica el concepto arquitectónico inventado por Bentham en 1791 (que permitía » hacerse dueño de todo lo que pudiese suceder a un cierto número de hombres» y conseguir el control de todas sus acciones) a la sociedad en general y a la práctica psiquiátrica en particular.

A pesar de que podemos hablar de la existencia de un «movimiento antipsiquiátrico» como tal, no deja de ser una corriente muy heterogenea tanto en la teoría como en la práctica, por lo que no podemos exponer el modelo del «antihospital» como un concepto invariable que se repite con las mismas características en todas las experiencias antipsiquiátricas.

Antipsiquiatría y política:
» La salud mental, tal y como yo la concibo, es la posibilidad para todo ser humano de comprometerse no solamente hasta el corazón de la locura, sino también en el corazón de toda revolución, encontrando en esta vía una solución a la preservación del Yo» ( Cooper)

La antipsiquiatría nació como una lucha dentro de las instituciones, frente a la represión y la violencia que existía dentro de los manicomios. Pero los antipsiquiatras vieron la necesidad de dar un paso más y «salir de las instituciones y de politizar la locura (…) hay que evitar que la locura sea recuperada por el sistema y que sea asesinada como posibilidad subversiva.» (Cooper)

Podemos ver el total compromiso político que existía entre los antipsiquiatras ingleses, que veían en el cambio social un factor determinante de su lucha antipsiquiátrica, y que entendían al «loco» no sólo como un posible beneficiario de los cambios sociales, sino como participante activo de las insurrecciones.
En el Congress on Dialectics of Liberation , que tuvo lugar en Londres en 1967, se encontraron Laing, Cooper, H.Marcuse y S.Carmichael, buscaba «crear una verdadera conciencia revolucionaria uniendo la idealogía a la acción, en los individuos y en las masas, sin rechazar la violencia si fuera necesaria».
La etapa de máximo desarrollo de las ideas y prácticas antipsiquiátricas (años 60-70) coincide con el último gran periodo revolucionario, en los que los cimientos de todo un sistema se tambalearon. Mayo del 68 y los situacionistas, los movimientos antimilitaristas, los autónomos italianos de los 70 y en general, todos los movimientos sociales que eclosionaron en esa época, influyeron y fueron
influenciados por la antipsiquiatría. En 1975 se funda en Bruselas la llamada Red (Réseau) Internacional de Alternativa a la Psiquiatría (Elkaïm, Guattari, Jervis, Castel, Cooper, Basaglia, Bellini…) cuyos principios básicos ilustran perfectamente la conciencia política de los antipsiquiatras: «… Las luchas concernientes a la salud mental deben insertarse en el conjunto de las luchas de los trabajadores por la defensa de la salud y en forma coordinada con todas las luchas de las fuerzas sociales y políticas por la transformación de la sociedad. No se trata
para nosotros de obtener tolerancia para la locura, sino de hacer comprender que la locura es la expresión de las contradicciones sociales contra las que debemos luchar como tales. Sin transformación de la sociedad no hay posibilidad de una psiquiatría mejor, sino sólo de una psiquiatría opresora.»

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LA ANTIPSIQUIATRÍA ITALIANA
» El problema de la rehabilitación del enfermo mental se convierte en el problema del desenmascarmiento de las ideologías» ( F. Basaglia)

En Italia el movimiento antipsiquiátrico, personificado en la figura de Franco Basaglia, iba a conseguir una reforma radical de la atención psiquiátrica: se aprueba en 1978 la ley 180 en el Parlamento italiano. Esta ley preveía el progresivo desmantelamiento de los manicomios y la creación de una serie de servicios descentralizados de acogida y apoyo en estricta colaboración con la comunidad. Esta Ley pretendía bloquear cualquier nuevo ingreso en los manicomios, la creación de unidades territoriales, la gradual reinserción de los ingresados en la comunidad y el cierre total de los manicomios antes de 1996: más de 100.000 personas fueron liberadas gracias a esta Ley.
En 1962 Basaglia comienza en Gorizia la transformación del viejo hospital Psiquiátrico, bajo su dirección. Basaglia había trabajado anteriormente con M.Jones en Londres, donde había aprendido el funcionamiento de una comunidad terapéutica, e intentó desarrollar estos principios en este establecimiento psiquiátrico.
La experiencia de Basaglia le hizo llegar a la conclusión de que el internamiento psiquiátrico únicamente agravaba la enfermedad mental. En La Negación de la institución (1968), Basaglia expone que el manicomio es un instrumento de rechazo y de encierro que debe ser destruido y propone que hay que «liberar a los enfermos» (indicaciones que acabarían cristalizando en la controvertida Ley 180).
Para Basaglia «la ciencia está siempre al servicio de la clase dominante» y el hospital psiquiátrico es una de las «instituciones de violencia» por medio de la cual dirige y oprime a las masas.
En palabras de Basaglia «… el objetivo de nuestra acción no debe ser la lucha contra la enfermedad mental, ni tampoco la esquemática afirmación según la cual la enfermedad mental no existe sino como producto social (lo cual no haría más que diferir el problema a un momento organizativo en el que todas las necesidades se vieran satisfechas). La verdadera lucha debería ahora dirigirse contra la ideología que tiende a cubrir toda contradicción natural convirtiéndola en una modalidad adaptada a los instrumentos de gestión y de control, de que progresivamente disponemos. Es decir, adaptada para ser instrumentalizada según los fines deseados»

Mientras Basaglia intentó mediar con la política institucional, otros antipsiquiatras prefirieron tomar otros caminos y crear directamente alternarivas reales al internamiento. Entre ellos podríamos incluir a Antonucci, cuya crítica no sólo rechazaba los internamientos, sino que identificaba la psiquiatrización como una forma de estigmatización social. Crea en 1968 un «Centro de relaciones humanas» en el pabellón neuropsiquiátrico del Hospital Civil de Cividale. En 1969
Antonucci empezó una nueva experiencia de trabajo en Gorizia, ciudad donde habían surgido y se habían difundido las ideas de Basaglia. Antonucci criticaba a los otros antipsiquiatras que trabajaban en esa ciudad, pues no se daban cuenta que «el manicomio era sólo una consecuencia; la verdadera trampa era el mismo juicio psiquiátrico».
La lucha que se desarrolló en Gorizia, abriendo las puertas del hospital psiquiátrico, fue ampliándose poco a poco, intentando implicar a otras instituciones sociales. Estas experiencias fueron agrupando a un conjunto de trabajadores de la salud mental que se planteaban el problema de la transformación del manicomio. De este germen surge en 1973 Psiquiatría Democrática, que se definió a si misma como un movimiento de trabajadores en salud mental (enfermeros, psicólogos, médicos, asistentes sociales… etc) dispuestos a actuar en la transformación de la institución represiva del manicomio y a la lucha contra la marginación, tanto dentro como fuera de la institución.

Las jornadas de Trieste
En 1977 ( del 13 al 18 de septiembre) se celebró en Trieste el III Réseau Internacional de Alternativa a la Psiquiatría. La principal finalidad del Réseau era mantener el contacto entre todos los participantes y poder intercambiar experiencias de trabajo e integrar las luchas de los trabajadores por la defensa de su salud. El clima político en el que se celebra el III Réseau era muy tenso, debido
a los abiertos enfrentamientos que existían entre la izquierda revolucionaria (sobre todo Autonomía Operaria) y el PCI (Partido Comunista Italiano). A pesar de ello, el éxito de estas jornadas (con más de 3500 asistentes) marcó un punto histórico en el desarrollo del movimiento antipsiquiátrico italiano.

LA ANTIPSIQUIATRÍA EN FRANCIA:
Las ideas antipsiquiátricas tuvieron gran difusión entre los intelectuales franceses en el ambiente de 1968, pero no consiguió cristalizar en proyectos concretos. Se abrieron en esa época algunos lugares de acogida y de libertad, sobre todo en el ámbito de la psiquiatría infantil y juvenil.
Se organizó en París, el 21 y 22 de octubre de 1967, un coloquio sobre psicosis , en el que Laing y Cooper tomaron la palabra y expusieron sus conceptos, Laing sobre la «metanoia» y Cooper sobre los grandes principios de una antipsiquiatría que «renunciaba a todo fin de readaptación» y que tiene como fin «la liberación de aquel que viene a encontrarnos». A pesar de que estas intervenciones levantaron bastante expectación, el entusiasmo no fue general, y H.Ey, junto a otros psiquiatras críticos con las tesis antipsiquiátricas, veía en estas teorías una peligrosa «tendencia psiquiatricida», que no beneficiaba en absoluto a la lucha frente a la enfermedad mental.
Otros autores que debemos destacar son Deleuze y Guattari que en su obra «El Antiedipo». Capitalismo y esquizofrenia» (1973) analizan la esquizofrenia como «el universo de las máquinas deseantes, productoras y reproductoras» donde los delirios tienen un contenido histórico, mundial, político y racial y son la «matriz general de toda catexis social incosciente». Propugnan que el esquizoanálisis ( Psicoanálisis político y social) como alternativa al psicoanálisis tradicional, al
que atacan ferozmente, acusándole de estar al servicio de la ideología burguesa represiva, ya que trata la enfermedad como algo individual que se sustrae de lo social y de los poderes políticos y económicos.

LA ANTIPSIQUIATRÍA EN ESPAÑA:
Las teorías antipsiquiátricas llegaron con cierto retraso a España y a pesar de no adquirir la relevancia que tuvieron estas ideas en otros países, si que fueron de capital importancia en el desarrollo de la asistencia psiquiátrica, ejerciendo una determinante influencia en la Reforma Psiquiátrica, que recogió (sólo en teoría, como siempre) muchas de las revindicaciones planteadas por los antipsiquiatras.

La reforma psiquiátrica:
Hasta comienzos de los años setenta, la Seguridad Social, o el Insalud, sólo cubría precariamente la asistencia ambulatoria de los enfermos mentales y se resistía asumir la hospitalización psiquiátrica como uno de sus servicios. Esta función era llevada a cabo por las instituciones manicomiales.
En 1985 se intenta cambiar esta situación mediante las bases que fueron sentadas en el Documento para la Reforma Psiquiátrica y la Atención a la Salud mental.
Este documento indicaba que la Administración Pública debía promover la integración de la salud mental en la asistencia sanitaria general y proponían los siguientes criterios :

· Ordenación de los servicios asistenciales en base a su delimitación territorial.
· La protección de la salud mental en atención primaria.
· La hospitalización psiquiátrica debe evitarse en lo posible, ser abreviada y
efectuarse progresivamente en unidades psiquiátricas de los hospitales generales
de la red pública .
· Los hospitales psiquiátricos deben disminuir progresivamente sus camas,
facilitando la externalización de la mayoría de los pacientes y su reintegración al
medio sociofamiliar.

En la elaboración de la Reforma se recogieron, como puede verse, puntos básicos de las ideas antipsiquiátricas, e incluso algunos «antipsiquiatras» participaron activamente en su realización (¿se pasaron al lado oscuro?)
Sin embargo, la Reforma ha recibido duras críticas, ya que se ha orientado hacia un asistencialismo pragmático, dejando de lado la prevención comunitaria y la rehabilitación de los enfermos crónicos.

karamazov

BIBLIOGRAFÍA:

http://www.jorgelemoine.com/
Libros:
-J.Vallejo Ruiloba «Introducción a la psicopatología y al paiquiatría» Ed.Masson
-D.Cooper «Psiquiatría y Antipsiquiatría» Ed.Paidos (1967)
-T.S.Szasz «El mito de la enfermedad mental» Ed.Amorrortu (1961)
-J.Berke, Mary Barnes …y otros «Laing; Antipsiquiatría y contracultura».
Ed.Fundamentos. (1973)
-R.D.Laing «El yo dividido: un estudio sobre la salud y la nefermedad» Fondo
Cultura Económico. (1960)
-R.D.Laing «La política de la experiencia» Paidos. (1967)
-R.D.Laing » Las cosas de la vida» (1976) Grijalbo
-M.Foucault » Historia de la locura» FCE (1961)
-M.Foucault «Enfermedad mental y personalidad» Paidos
-H.Heyward «Antipsiquiatría» Ed.Fundamentos (1971)
-Samuel Shem » Monte Miseria» Anagrama (1991)
-F.Basaglia » Psiquiatría, Antipsiquiatría y orden manicomial» [con Castel y otros]
Barral (1975)
-H. Bloch » El gran diccionario de la psiquiatría» Pardo
– E.Gonzalez Duro «Distancia a la Locura»
Publicaciones:
· Revista «Ajoblanco» ( Extra marzo 1978, nº 17 Dic.1976, nº18 Enero1977, nº20
Marzo1977, nº24 Julio 1977)
· Boletín de Contrapsicología y Antipsiquiatría » El Rayo que no Cesa»
Números: 1 (1998), 2 (1999) y 3 (2000)
· Publicación «Enajenados» Números del 1 al 5
13
Correlación de citas:
Cita extraida de la novela de Samuel Shem » Monte Miseria» Anagrama. 1991
J.Vallejo; «Introducción a la psicopatología y la psiquiatría»
Henriette Bloch; «El gran diccionario de la psiquiatría». Pardo
D.Cooper «La gramática de la vida:estudio de los actos políticos». 1974, párrafo
copiado vilmente de
» El rayo que no cesa» revista de antipsiquiatría y contrapsicología.
M.Foucault «Historia de la locura en la Época Clásica» FCE,1991 Madrid
«Double bind» , doble vínculo: En palabras de Peter Sedwick hablando sobre los
trabajos de Laing en el libro «Laing; Antipsiquiatría y contracultura» es una
expresión que se refiere a un patrón especial de comunicacinó alterada que se
detecta en las familias patológicas, mediante el cual uno de sus miembros se
encuentra sometido a un par de vínculos conflictivos, ambos altamente
significativos,
R.D.Laing » El Yo dividido»
D.Cooper » Psiquiatría y antipsiquiatría»
Mary Barnes, J.Berke, R.Cole…etc » Laing; Antipsiquiatría y contracultura»1975,
Ed. Fundamentos
Revista «Ajoblanco: extra antipsiquiatría, Marzo 1978″
Se puede encontrar el texto completo de esta Ley en
http://www.ecn.org/telviola/L180.htm?
Extraído de la publicación » Enajenados» número 1
Según Antonucci » hasta que no acabe el lenguaje psiquiátrico no habrá diálogo
entre los hombres que tenga posibilidad de ser comunicativo» ( Boletín de
Contrapsicología y Antipsiquiatría » El rayo que No Cesa» Número 1 , 1998″ .)
J.L. Fabregas – A. Calafat. Política de la Psiquiatría. Ed ZYX, Barcelona, 1975
Autonomia Operaria ( Autonomía obrera)